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Escuela Deportiva Municipal de Escalada de Torrelavega: Superar los propios límites

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Esfuerzo, tesón, confianza en uno mismo, sopesar la situación y encontrar el camino más adecuado. La escalada tiene mucho que ver con la vida y cómo afrontar los problemas y los obstáculos que todos nos encontramos cada día. El escalador se enfrente a una pared, a una montaña, a un rocódromo, y a fuerza de entrenamiento, práctica y técnica, va aprendiendo cómo llegar a lo más alto. "Sobre todo es un deporte de superación personal, compites contra ti mismo", asegura Sergio Torío, responsable de la Escuela Deportiva Municipal de Escalada de Torrelavega.

Esa filosofía de esfuerzo, de llegar cada día un poco más lejos, es lo que se inculca a los niños y niñas que llegan a la EDM. "Por supuesto lo primero que trabajan es el juego, a estas edades se juega a escalar o se escala jugando, como queramos verlo", señala el monitor. A partir de ahí, la escalada aporta a los chavales "todo tipo de valores, como todos los deportes da autoestima, higiene personal, cuidar el físico, pero sobre todo, la superación y el esfuerzo". También el compañerismo, porque aunque a priori puede parecer individual, "hay una dependencia mutua entre el que asegura y el que escala, estás pendiente del que sube, es un miniequipo".

 

Esa propia esencia de la escalada hace que no haya muchas competiciones. La Federación de Montaña de Cantabria puso en marcha en 2014 una liga juvenil, en la que participaron los alumnos de la Escuela Deportiva de Torrelavega y que se volverá a celebrar este año. En cualquier caso, "no hay mucha tradición de competiciones, no es un deporte en el que se compita", insiste Torío, "es más bien una superación personal, competir contigo mismo".

La creación hace unos quince años del Rocódromo Municipal supuso un importante espaldarazo a la escalada, que ya tenía aficionados en Torrelavega pero que en estos últimos años ha aumentado notablemente. "La escalada está creciendo, estamos creciendo mucho, estos últimos cinco años el aumento ha sido exponencial".

Torío recuerda cuando la escalada en Torrelavega se practicaba en la Granja Poch, antes de que se construyera en la zona. "Había un muro, muy rudimentario y a la intemperie, pero allí se escalaba, después de construyó este rocódromo y empezó la afición, que sigue en auge". Lo demuestra el hecho de que la instalación esté siempre llena, especialmente durante los meses de octubre a abril, cuando los aficionados por el mal tiempo no pueden escalar en roca. O que los alumnos adultos hayan pasado de los 20 o 30 que había hace un lustro a los más de 80 actuales.

En el éxito del rocódromo, el monitor cree que es muy importante el buen mantenimiento que se realiza. "Siempre que se pueda hay que dar al escalador un aliciente nuevo, porque si no la gente se aburre de los mismos recorridos, las mismas vías". Aproximadamente cada seis meses se limpian la pared y las vías, y se mueven las presas, para ir dando "nuevos huesos que morder a los escaladores. Al final, se consigue que sea cada vez "un rocódromo distinto, que las posibilidades nunca se acaben", explica el responsable de la Escuela Deportiva y de las actividades de adultos.

Como en todo, siempre hay cosas que mejorar, tanto en los métodos de entrenamiento, a los que se van añadiendo cosas nuevas, como en la parte material. "Quizá algo más de colchonetas en la base, y que la gente pudiese sacar los tickets para el rocódromo aquí mismo", porque ahora deben hacerlo en la máquina que hay en la piscina municipal de La Lechera, apunta Torío. Pero su petición fundamental es "que nos sigan apoyando, porque está claro que la escalada tiene muchísima aceptación".

  • DÓNDE: Entrenan en el Rocódromo del Pabellón La Habana Vieja
  • CUÁNDO: Martes y jueves de 17.30 a 19.30
  • CUÁNTOS: 16 alumnos, entre 8 y 14 años
  • GESTIÓN: La empresa Altius Aventura lleva cinco años gestionando la Escuela
  • MONITORES: Sergio Torío y Gema Lanza